Los “Piquetes”, ¿Conductas Necesarias? ¿Quién no se ha levantado alguno de los 365 días que corresponden al año calendario, escuchando, observando, o experimentando una protesta social llevada a cabo con la metodología acrecentada desde los años ´90 hasta la actualidad?, metodología que muchos no comparten y rechazan por completo, otros la asientan (siempre y cuando se ejecute con el menor impacto posible), y los restantes la justifiquen plenamente por considerarse la única presión sobre las autoridades para conseguir soluciones. La singular expresión que se está trayendo a tema y a la cual nos referimos, es la protesta que distintos sectores plasman a diario en las calles, utilizando así el espacio público como centro de comunión y reclamo ante quien deba dar soluciones, no sólo del sector público sino también del sector privado. ¿Pero, es justo que la organización de personas que ejerza su derecho a peticionar, afecte el derecho de las demás que no están afectados y convertirlos de esa manera en parte? Esto es referido, ya que desde el primer momento que el grupo social actuante toma como medio de expresarse libremente el corte de una avenida o una calle para conseguir una respuesta, impidiendo así la circulación libre de tránsito, hace participativa a las que no tienen intenciones de pertenecer, con el objeto que la presión de la masa en desacuerdo (la cual generalmente es mayoritaria) haga que la autoridad competente reflexione, buscando entonces una solución provisoria o permanente, cuestión que siempre se consigue y que si no lo hace, aviva el conflicto y demuestra la vulnerabilidad de la otra parte. Demás está decir, que la criminalización de “los piquetes” no se debe a una mera situación de un hecho, sino a reiteradas situaciones, más precisamente, a diarias conductas ejercidas de igual manera y costumbristas, demostrando además consigo una violencia visual constante y hasta a veces concreta, hallándose en diversas ocasiones avaladas por el sector político. Por ello, y denotándose un notable incremento de estas conductas, no se debe tratar de buscar siempre soluciones inmediatas, debido a que todo no se consigue “de un día para el otro”, sino progresivas medidas políticas de educación, las que conllevarán a través de los años un mayor éxito tanto individual como social, y el correcto desenvolvimiento ante uno o más litigios que se susciten. Mientras tanto, se tendrán que realizar medidas preventivas, no debiendo significar con éstas a los sectores considerados afectados, que se encuentran permitidos de expresarse excediendo los límites de conductas tolerables, situaciones ante las cuales es menester del Estado restablecer el orden sin dejar de lado los reclamos. Finalmente y ante lo expuesto, siempre va a continuar surgiendo preguntas: ¿No existen otros medios para reclamar que no sean estas acciones directas? ¿Seremos tan ignorantes para creer que todas las protestas sociales tengan un fin real?, ¿Es necesaria la violencia para ser escuchado?, ¿Se pueden realizar acciones directas pero sin afectar tan gravosamente al desenvolvimiento cotidiano de la sociedad? El mencionado ensayo fue realizado bajo el ROL de PERIODISTA, Gonzalo Adrián GIORDANO
El equipo de nuestra cátedra virtual está integrado por la Dra. Irma Esther Aidar, abogada (UBA) y docente; el Prof. Walter Steeb, Profesor de Filosofía (UBA), y por la Dra. Miriam Battista y el Dr. Esteban Caputo, ambos abogados (IUPFA),quienes colaboran grandemente como Ayudantes de cátedra.
"Soy Irma Esther Aidar, Profesora de Filosofía del Derecho en distintas Universidades desde hace ya varios años. Mi carrera como docente se inició en la Universidad de Buenos Aires -donde me gradué de abogada- y fue continuada en la Universidad del Museo Social Argentino, donde también trabajo actualmente. Parte de esta actividad, la ejerzo en la modalidad a distancia que provee a los estudiantes de algunas herramientas adicionales a la disciplina, relacionadas con el uso de las tecnologías y cómo valernos de ellas para el trabajo común. Quiero agradecer a mi equipo por su trabajo constante y eficiente en ejercicio de su vocación docente. Ellos y yo los invitamos a sumarse a esa tarea, participando de las actividades de este blog".
Equipo docente
De izq. a der. el Dr. E. Caputo, la Dra. M. Battista y el Prof. W. Steeb
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Los “Piquetes”, ¿Conductas Necesarias?
¿Quién no se ha levantado alguno de los 365 días que corresponden al año calendario, escuchando, observando, o experimentando una protesta social llevada a cabo con la metodología acrecentada desde los años ´90 hasta la actualidad?, metodología que muchos no comparten y rechazan por completo, otros la asientan (siempre y cuando se ejecute con el menor impacto posible), y los restantes la justifiquen plenamente por considerarse la única presión sobre las autoridades para conseguir soluciones.
La singular expresión que se está trayendo a tema y a la cual nos referimos, es la protesta que distintos sectores plasman a diario en las calles, utilizando así el espacio público como centro de comunión y reclamo ante quien deba dar soluciones, no sólo del sector público sino también del sector privado.
¿Pero, es justo que la organización de personas que ejerza su derecho a peticionar, afecte el derecho de las demás que no están afectados y convertirlos de esa manera en parte?
Esto es referido, ya que desde el primer momento que el grupo social actuante toma como medio de expresarse libremente el corte de una avenida o una calle para conseguir una respuesta, impidiendo así la circulación libre de tránsito, hace participativa a las que no tienen intenciones de pertenecer, con el objeto que la presión de la masa en desacuerdo (la cual generalmente es mayoritaria) haga que la autoridad competente reflexione, buscando entonces una solución provisoria o permanente, cuestión que siempre se consigue y que si no lo hace, aviva el conflicto y demuestra la vulnerabilidad de la otra parte.
Demás está decir, que la criminalización de “los piquetes” no se debe a una mera situación de un hecho, sino a reiteradas situaciones, más precisamente, a diarias conductas ejercidas de igual manera y costumbristas, demostrando además consigo una violencia visual constante y hasta a veces concreta, hallándose en diversas ocasiones avaladas por el sector político.
Por ello, y denotándose un notable incremento de estas conductas, no se debe tratar de buscar siempre soluciones inmediatas, debido a que todo no se consigue “de un día para el otro”, sino progresivas medidas políticas de educación, las que conllevarán a través de los años un mayor éxito tanto individual como social, y el correcto desenvolvimiento ante uno o más litigios que se susciten.
Mientras tanto, se tendrán que realizar medidas preventivas, no debiendo significar con éstas a los sectores considerados afectados, que se encuentran permitidos de expresarse excediendo los límites de conductas tolerables, situaciones ante las cuales es menester del Estado restablecer el orden sin dejar de lado los reclamos.
Finalmente y ante lo expuesto, siempre va a continuar surgiendo preguntas: ¿No existen otros medios para reclamar que no sean estas acciones directas? ¿Seremos tan ignorantes para creer que todas las protestas sociales tengan un fin real?, ¿Es necesaria la violencia para ser escuchado?, ¿Se pueden realizar acciones directas pero sin afectar tan gravosamente al desenvolvimiento cotidiano de la sociedad?
El mencionado ensayo fue realizado bajo el ROL de PERIODISTA,
Gonzalo Adrián GIORDANO
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