martes, 14 de junio de 2011

Actividad de cierre curso 2011

Estimados alumnos:

Una problemática actual está configurada por la presencia recurrente de grupos de ciudadanos reclamando por intereses diversos en el espacio público, particularmente recurriendo a acciones directas de protesta.

Vamos a intentar la lectura de algunas posturas que se debaten sobre las respuestas posibles que se han ensayado acerca de esta conflictiva.

Completadas tales lecturas, deberán satisfacer las siguientes actividades:

1) Realizar un breve ensayo -no más de una carilla de extensión- empleando las técnicas de argumentación (Perelman) que permitirían dar respuesta a la tensión entre derechos tales como “libertad de expresión” y “libertad de circulación” o “derecho de peticionar” y “derecho a una vivienda”.

2) Dicho ensayo deberá redactarse seleccionando simular uno de los siguientes roles de personas implicadas en el conflicto, sea por protagonizarlo, sea por estar llamados a resolverlo o contribuir con una solución pacífica a las tensiones generadas (deberán especificar dicho rol al pie del escrito):

a) Un manifestante que es portavoz del reclamo

b) Un miembro de las fuerzas de seguridad

c) Un funcionario público que debe proveer soluciones a lo que es objeto de reclamo (vivienda, trabajo, condiciones edilicias de una escuela, etc.) que es objeto de la protesta

d) Un mediador

e) Un Fiscal (recuerden que el Ministerio Público Fiscal tiene a su cargo el control de la legalidad)

f) Un defensor de los participantes de la protesta

g) Un constitucionalista o doctrinario del derecho que escribe una nota editorial sobre el conflicto en algún medio

h) Un periodista

i) Un asesor legislativo

j) Un juez

Revisen y lean alguno de estos textos:

"La protesta social y su criminalización"y "El lugar de la justicia"

"Derechos y contraderechos: a propósito de la violencia urbana"

"La protesta social en la Argentina durante diciembre de 2001"


12 comentarios:

Débora V. Bolán dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Rol del periodista (disintiendo con el periodista Giordano)

Tolerancia cero y falta de comprensión por parte de la sociedad ante los reclamos sociales.
La realidad es que hace varias décadas se vienen incrementando las protestas sociales, con la modalidad del corte de calles produciéndose aquí el conflicto o el choque de derechos. Entre quienes reclaman su derecho a circular libremente y los que argumenta su derecho a peticionar ante las autoridades, serán estas públicas o privadas.
¿Ha llegado La sociedad al punto de generalizar las protestas sociales, llegando a una tolerancia cero de las mismas?
El gran problema es la comprensión, nosotros nos preguntamos o nos interesa ¿que es lo que peticionan o que problema argumentan estos sectores sociales? ¿Habremos llegado al extremo de no interesarnos por el próximo?
Antes de criminalizar la protesta social no nos deberíamos preguntar ¿está legitimada o no dicha protesta? ¿Estarán pasando ante una necesidad verdadera o están tan solo respondiendo a intereses políticos?
Llegando a determinar que la protesta es legítima. Que el reclamo es justo.
¿Que pasaría entonces? Seguiríamos con nuestra postura de no tolerar una protesta social o al contrario trataríamos de comprenderlos y aceptar que el corte de las calles es el único medio para hacerse escuchar que poseen estas personas. Actuando como una acción de amparo ante la lesión de un derecho. Existe un derecho lesionado (ya sea el derecho al trabajo digno, a la salud, a la educación) y la única solución inmediata para que las autoridades les busquen una solución a sus problemas es el corte de calles.
MAULIN, ROBERTO (maulin_82@hotmail.com)

Matias Oviedo dijo...

Doctrinario del derecho (nota de editorial).

El poder político y la protesta social.


Las situaciones conflictivas derivadas de la protesta social, más que una manifestación controvertida de derechos, encuentra su origen en cuestiones socio-económicas derivadas de las políticas llevadas a cabo por el organo administrativo (nacional, provincial o municipal).
Este, en el caracter transitorio de sus representantes. Puede presentar fluctuaciones de impacto social, por las medidas políticas de turno.
Habida cuenta de la estabilidad funcional del organo judicial. Corresponde al mismo, la vigilancia del sistema constitucional. Comenzando por los Derechos Humanos enunciados en nuestra Carta Magna, y las convenciones internacionales, a las cuales el estado, en su soberanía, se ha adherido.

La autoridad administrativa, tiene la obligación de respetar el plexo jurídico antes mencionado. Y el sistema judicial, en su caracter de contralor, velar por el cumplimiento de la normativa vigente, sin distinción de los organos de gobierno.
Se devuelve así, la vida al término Frenos y Contrapesos.

Oviedo Matias (matias_eoy@hotmail.com)

Anónimo dijo...

Los “Piquetes”, ¿Conductas Necesarias?
¿Quién no se ha levantado alguno de los 365 días que corresponden al año calendario, escuchando, observando, o experimentando una protesta social llevada a cabo con la metodología acrecentada desde los años ´90 hasta la actualidad?, metodología que muchos no comparten y rechazan por completo, otros la asientan (siempre y cuando se ejecute con el menor impacto posible), y los restantes la justifiquen plenamente por considerarse la única presión sobre las autoridades para conseguir soluciones.
La singular expresión que se está trayendo a tema y a la cual nos referimos, es la protesta que distintos sectores plasman a diario en las calles, utilizando así el espacio público como centro de comunión y reclamo ante quien deba dar soluciones, no sólo del sector público sino también del sector privado.
¿Pero, es justo que la organización de personas que ejerza su derecho a peticionar, afecte el derecho de las demás que no están afectados y convertirlos de esa manera en parte?
Esto es referido, ya que desde el primer momento que el grupo social actuante toma como medio de expresarse libremente el corte de una avenida o una calle para conseguir una respuesta, impidiendo así la circulación libre de tránsito, hace participativa a las que no tienen intenciones de pertenecer, con el objeto que la presión de la masa en desacuerdo (la cual generalmente es mayoritaria) haga que la autoridad competente reflexione, buscando entonces una solución provisoria o permanente, cuestión que siempre se consigue y que si no lo hace, aviva el conflicto y demuestra la vulnerabilidad de la otra parte.
Demás está decir, que la criminalización de “los piquetes” no se debe a una mera situación de un hecho, sino a reiteradas situaciones, más precisamente, a diarias conductas ejercidas de igual manera y costumbristas, demostrando además consigo una violencia visual constante y hasta a veces concreta, hallándose en diversas ocasiones avaladas por el sector político.
Por ello, y denotándose un notable incremento de estas conductas, no se debe tratar de buscar siempre soluciones inmediatas, debido a que todo no se consigue “de un día para el otro”, sino progresivas medidas políticas de educación, las que conllevarán a través de los años un mayor éxito tanto individual como social, y el correcto desenvolvimiento ante uno o más litigios que se susciten.
Mientras tanto, se tendrán que realizar medidas preventivas, no debiendo significar con éstas a los sectores considerados afectados, que se encuentran permitidos de expresarse excediendo los límites de conductas tolerables, situaciones ante las cuales es menester del Estado restablecer el orden sin dejar de lado los reclamos.
Finalmente y ante lo expuesto, siempre va a continuar surgiendo preguntas: ¿No existen otros medios para reclamar que no sean estas acciones directas? ¿Seremos tan ignorantes para creer que todas las protestas sociales tengan un fin real?, ¿Es necesaria la violencia para ser escuchado?, ¿Se pueden realizar acciones directas pero sin afectar tan gravosamente al desenvolvimiento cotidiano de la sociedad?
El mencionado ensayo fue realizado bajo el ROL de PERIODISTA,
Gonzalo Adrián GIORDANO

Anónimo dijo...

gonzalo_giordano@hotmail.com

Anónimo dijo...

(rol de miembro de fuerza de seguridad)
El "derecho a peticionar", "derecho a una vivienda", "libertad de expresión" y "libertad de circulacion", todos derechos otorgados y reconocidos a traves de la Constitucion Nacional, nos resguarda -a todos sin distincion alguna- de posibles excesos de parte de quienes ejercen el poder del Estado, pero ello no deberían conllevar otras acciones que afecten a terceros que son ajenos a las circunstancias que puden aquejar a quien reclama.
En este punto se suscitan diferencias, que con el paso del tiempo se observan cada vez más resquebrajadas y distantes de solucion pacifica. Por un lado el legitimo derecho de peticionar y por el otro la del resto de los ciudadanos que si bien se mantienen al margen de esas peticiones, indefectiblemente resultan -en muchos casos- victimas de esas peticiones, tal es el caso de los cortes producidos en la vía pública.
Mientras este escenario es observado con suma "ligereza" por parte de quienes deben ejercer las facultades que el Estado les encomendó, ejemplo de elllo es la intervención que realiza la justicia que en muchas oportunidades no utiliza los mecanismos legales para hacer cesar ese ejercicio de derechos que afectan a terceros, quizas por el temor a asumir las consecuencias públicas de esa decisión, quedando las fuerzas de seguridad en la vidriera de las acciones no asumidas por los organismos (judiciales, politicos, fiscales, etc.) que prefieren mantenerse en su postura antes que asumir su verdadero rol.
Los derechos no solamente conllevan protecciones al ciudadano, sino también obligaciones, considerando que la mas importante es la del respeto por el otro, que por el hecho de no estar inserta en el derecho positivo no significa que no deba concretarse.
En el rol que para este ensayo asumi estimo que a pocas personas de esta sociedad se le exige tanto como al miembro de la fuerza de seguridad, quien no solamente deberá extremar los recaudos para asumir -en pleno conflicto- un rol de mediador, de fiscal, defensor de los derechos de los afectados (peticionante-tercero afectado) y conciliador, sin embargo considero que será cuestión de realizar un esfuerzo en conjunto de la sociedad para que el legitimo ejercicio de los derechos de algunos no interfieran en la vida de otros.
Los problemas sociales deben ser atendidos sin miramientos politicos, tratando de satisfacer a la sociedad en general, no solamente a aquellos que se pueden hacer notar por una protesta, sino también para quienes deben someterse a estos.

Anónimo dijo...

Protesta Social- Rol de jurista.

El escenario social diario se ve plagado de manifestaciones acerca de derechos individuales que cada grupo social parece enarbolar como principales incumplimientos
por parte de autoridades e instituciones.
Pero el problema no es el derecho a peticionar ante las autoridades, sino la manera de realizar los mismos, afectando los derechos de los individuos de la sociedad de igual o mayor jerarquía que los primeros.
Lo que se vislumbra, es como la punta de un iceberg, el problema se halla en profundidad..
La crisis devenida de los años ’90 dejo un modelo social de desempleo, marginalidad, asignaciones universales, por hijo, etc., de soluciones rápidas e inmediatas para acallar voces.
No se profundiza para poder ver la solución a estos conflictos en pugna, no se alza la bandera de la educación, para poder llevar a nuestra sociedad a un mejor pensamiento de los derechos propios y ajenos, no se inculca valores, hay un modelo permisivo de violencia y exclusión social diarios.
Donde quedó por parte de nuestros gobernantes, el objeto de constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general y asegurar los derechos para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo Argentino.
¿Cuales son las obligaciones que deben cumplir nuestros mandatarios y las instituciones? Esa pregunta nunca se podrá contestar si primero nosotros como individuos no tenemos la formación necesaria y suficiente para saber que y cómo peticionar y ante quienes nos corresponde realizarlo, sin que se menoscabe los derechos ajenos.

Elizabeth Lorena Moraña.

Anónimo dijo...

lorenamorana@yahoo.com.ar

Emilse Habrantes dijo...

Nos reunimos en el día de hoy en reclamo de nuestro derecho a acceder a una vivienda digna.
Nos movilizamos para reclamarle al Estado el cumplimiento efectivo de sus obligaciones de que todos podamos gozar del derecho a tener un lugar que nos de refugio, calor y abrigo, basándonos en las necesidades básicas que toda persona tiene para poder vivir y desarrollarse con la esperanza de que el progreso no es solo una utopia.
Nuestra intención no es perjudicar ni impedir el derecho a circular que cada una de las personas tiene pero que se encuentran afectadas por nuestro reclamo, nada mas lejano y contradictorio seria dado que nuestra protesta tiene como objetivo el reconocimiento de un derecho consagrado en la Constitución Argentina, pero olvidado en los proyectos políticos.
Creemos que la única forma, lamentable, pero única es desestabilizar el orden social cortando algún sector de la vía publica, para que el Gobierno nos escuche y pueda darnos una solución, o al menos la esperanza de que algo se va a hacer para poder ponerle fin al problema habitacional de aquellos que no reclamamos una vivienda por placer, ni comodidad sino por necesidad.
El impulso que motoriza nuestra protesta es la desprotección, el sufrimiento y despojo que sufren desde nuestros niños hasta nuestros ancianos.
Por lo tanto exigimos a las autoridades del ministerio de desarrollo social la inmediata transformación y distribución equitativa de los planes de viviendas para las familias en estado de emergencia.
Para finalizar queremos reafirmar nuestro plan de lucha, como así también nuestras disculpas pertinentes para los que se sientan afectados por nuestros reclamos.






ROL: Manifestante que es Portavoz del reclamo.

Emilse Habrantes dijo...

Nos reunimos en el día de hoy en reclamo de nuestro derecho a acceder a una vivienda digna.
Nos movilizamos para reclamarle al Estado el cumplimiento efectivo de sus obligaciones de que todos podamos gozar del derecho a tener un lugar que nos de refugio, calor y abrigo, basándonos en las necesidades básicas que toda persona tiene para poder vivir y desarrollarse con la esperanza de que el progreso no es solo una utopia.
Nuestra intención no es perjudicar ni impedir el derecho a circular que cada una de las personas tiene pero que se encuentran afectadas por nuestro reclamo, nada mas lejano y contradictorio seria dado que nuestra protesta tiene como objetivo el reconocimiento de un derecho consagrado en la Constitución Argentina, pero olvidado en los proyectos políticos.
Creemos que la única forma, lamentable, pero única es desestabilizar el orden social cortando algún sector de la vía publica, para que el Gobierno nos escuche y pueda darnos una solución, o al menos la esperanza de que algo se va a hacer para poder ponerle fin al problema habitacional de aquellos que no reclamamos una vivienda por placer, ni comodidad sino por necesidad.
El impulso que motoriza nuestra protesta es la desprotección, el sufrimiento y despojo que sufren desde nuestros niños hasta nuestros ancianos.
Por lo tanto exigimos a las autoridades del ministerio de desarrollo social la inmediata transformación y distribución equitativa de los planes de viviendas para las familias en estado de emergencia.
Para finalizar queremos reafirmar nuestro plan de lucha, como así también nuestras disculpas pertinentes para los que se sientan afectados por nuestros reclamos.






ROL: Manifestante que es Portavoz del reclamo.

J. Daniel Toledo C. dijo...

J. Daniel Toledo C.

PARTE 1

¿Es la protesta social un problema o una mera consecuencia del verdadero problema? ¿Está la solución en criminalizar conductas tales como los piquetes?

Un modo común y repetitivo de proceder por parte de las autoridades legislativas ha sido el de sancionar las conductas indeseables para la sociedad con normas de carácter prohibitivo sin observar el fondo de las cuestiones sociales que dieron lugar al conflicto, utilizando como una “solución” rápida la vía de la prohibición, mientas los mismos problemas cuya responsabilidad de solucionarlos se ha ido desplazando de gobierno en gobierno, explotan y se manifiestan de distintas maneras, todas igualmente de perjudiciales, en las que hay un denominador común: la violencia y el menoscabo de los derechos de terceros como modo de llamar la atención de las autoridades peticionando que expidan una solución.
El reconocimiento de un conflicto y de su capacidad de perjudicar, en sí mismo no es una solución, sino que es sólo un paso previo para su tratamiento, y por obvio que esto nos suene, sucede a nivel de políticas de estado que la forma de afrontar un conflicto social suele estancarse en la represión normativa de sus síntomas y consecuencias visibles, sin profundizar en las verdaderas causas para desarraigarlo y plantar una solución suficiente. A lo que me quiero referir es que manifestaciones tales como los piquetes, la toma de predios públicos, los paros, etc, son solamente eso, meras manifestaciones de un problema subyacente, y no son el problema mismo, por lo tanto intentar extirpar de la sociedad los síntomas superficiales equivale a cortar los renuevos de una planta sin ver que seguirán creciendo si no se quita de raíz la planta para que su lugar sea ocupado por otra de cuyos frutos podamos alimentarnos. En este sentido me opongo a la criminalización de conductas como las antes mencionadas, ya que esto no hace más que desviar la manifestación del problema hacia una nueva forma violenta de expresión, sin solucionarlo.

J. Daniel Toledo C. dijo...

PARTE 2

Pero ahora, si las manifestaciones no son el problema entonces, ¿cuál es? Pues bien, lo que las manifestaciones expresan trasciende a los petitorios que los manifestantes hacen, el problema es la ineficacia del sistema educativo y se los presento de la siguiente manera: La libertad consiste en la existencia de al menos dos alternativas, y se materializa en la elección de una de ellas, pero a mayor número de alternativas, más amplio margen de libertad tengo, sin embargo, por más que existan más opciones, si las desconozco es como si no existieran porque me es imposible aprovecharlas. Ese conocimiento sólo puede dármelo la educación, porque esta me informa de toda clase de métodos eficientes y beneficiosos a nivel económico y social de cómo conseguir los bienes que satisfagan mis necesidades, intercambiándolos por un bien que poseo y que valorado por la sociedad: la destreza de un talento adquirido gracias al conocimiento. Quien tiene destreza o habilidad en el desarrollo de una tarea útil y necesitada por la sociedad se encuentra en condiciones de negociar con ella, y a menor habilidad, menos valorado será un talento, por lo que disminuyen las posibilidades de ser contratados, y por lo tanto el poder de negociar. La disminución continua en la falta de este conocimiento conduce inevitablemente a la delincuencia, porque la historia ha demostrado que lo que no se consigue por la razón tarde o temprano termina reclamándose por la fuerza, porque las necesidades seguirán estando, y la fuerza es la manifestación visual de la insatisfacción provocada por la falta del conocimiento valioso útil para lograrla.
Nuestro enemigo es la ignorancia y la liberación de la esclavitud a la que nos somete sólo es otorgada por el conocimiento. Se puede combatir a nivel individual educándose con los medios existentes, pero a nivel social se combate con el control, actualización y mejora permanente de los programas de estudios, destinando también una partida presupuestaria suficiente al control de los resultados de su inversión, para garantizar que los fondos cumplan su propósito: propiciar la mejora de nuestro sistema educativo aumentando nuestra libertad.

Por J. Daniel Toledo C. en el Rol de Asesor Legislativo en una nota editorial.